Jerusalén extenderá el área de “bajas emisiones”, desde 2017 limitada al centro ciudad, a todo el municipio. El propósito del consistorio es mejorar la calidad del aire limitando la entrada de vehículos diésel contaminantes en esta zona.
El Ministerio de Protección Medioambiental ha destinado cinco millones de NIS (1.236.900€) para combatir la contaminación generada por los transportes contaminantes y cinco millones más para llevar a cabo otras medidas, como la creación de estacionamientos con cargadores eléctricos para los autobuses de uso público.
Otra de las acciones del Ayuntamiento de Jerusalén es la implementación de un programa para que los dueños de vehículos contaminantes instalen filtros de partículas para asegurar su debido cumplimiento. Su correcta ejecución se garantizará a través de cámaras que monitorizarán los vehículos que entren a áreas restringidas.
Además, las medidas incluyen la expansión del Jerusalén Light Rail, restringiendo la entrada de vehículos privados al centro de la ciudad y apostando por los carriles y estacionamientos para bicicletas. También se contempla el uso de energía solar para la iluminación urbana y edificios públicos.
El consejero a cargo de la protección del medioambiente, Arye King, ha fijado la salud pública como una de sus prioridades y ha afirmado que “el plan para reducir las emisiones del transporte es un componente fundamental para proteger la salud pública, mientras procuramos alterar al mínimo la rutina diaria de nuestros ciudadanos.”
Foto: Un convoy del Jerusalén Light Rail cruza la ciudad de Jerusalén, en una imagen de archivo / Turismo de Israel