Tres nuevos hallazgos arqueológicos han arrojado más luz sobre la rica historia de Israel. Por un lado, una cisterna de agua del período bizantino fue hallada en el barrio residencial de Katamon, en el centro de Jerusalén. El depósito, del tamaño de la mitad de una piscina olímpica y con una capacidad máxima de agua de 1.125.000 litros, cubre un área de 225 m2. Esta joya de la arquitectura civil estaba escondida bajo un parque infantil.
El sitio aún no está abierto para los visitantes, pero el Ayuntamiento y la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) están evaluando la situación para ver si la cisterna de agua se puede convertir en un sitio de visitantes nacional, similar al Pool of Arches en Ramla, a tan sólo 21 kilómetros de Tel Aviv.
Por otro lado, en Kfar Ruppin, al norte del país, una trabajadora del IAA halló una pequeña estatua de arcilla con forma de caballo. El descubrimiento fue casual, fuera del horario de trabajo, pero con sus conocimientos arqueológicos, reconoció que era una antigua estatuilla de la Edad del Hierro, del período del Reino de Israel hace aproximadamente 2.800 años.
Finalmente, en Tel Akko, zona costera cercana a Haifa, ha sido encontrada por una excursionista una segunda estatua de caballo del período helenístico de hace 2.200 años.
Foto: El interior subterráneo de la cisterna de agua, ubicado debajo de un parque infantil en el barrio Katamon / Ofer Cohen – IAA