Cada año, especialmente en Semana Santa, muchos peregrinos consideran que es la época ideal para hacer un viaje de peregrinación a Israel. No solo eso, muchos grupos, familias o parejas aprovechan estas fiestas para conocer este destino milenario, que está repleto de lugares santos los cuales pisó Jesús. Sin duda, el lugar más codiciado es Jerusalén, que emana espiritualidad y se postula como centro religioso mundial. Una visita casi obligatoria para aquellos que buscan acercarse más a la fe en su viaje a la Tierra Santa de Israel. Pero, en Israel también hay vida más allá de Jerusalén, incluso en Semana Santa.
Del Monte del Precipicio a Cafarnaúm, una senda cultural única – Sendero del Evangelio
Una senda cultural única en su género que conecta los sitios sagrados e históricos de Galilea, relacionados con la vida y el Ministerio de Jesús. Una ruta religiosa de 65 kilómetros, desde el monte del Precipicio en las afueras de Nazareth hasta los restos de Cafarnaúm, para peregrinos, caminantes y ciclistas en busca de algo de actividad deportiva mientras se siente la historia por los senderos en otros tiempos frecuentados por profetas, reyes, pastores …
Navegar por el Lago Tiberiades
Conocido también como mar de Galilea o Kinneret, es el lago de agua dulce más grande de Israel, situado a 260 metros por debajo del nivel del mar y con un perímetro de 60 kilómetros. Allí se conserva la “barca de Jesús”, del siglo I, y que, según los historiades, pudo parecerse mucho a la utilizada por Jesucristo y da una idea exacta del tipo de barca que se usaba en tiempos de Jesús. A día de hoy, se puede navegar en réplicas y así percibir el peso de la espiritualidad del lugar.
Un viaje al pasado en Kfar Kedem – Actividad para hacer en familia con niños.
Ubicada en la colina exuberante de la baja Galilea, al norte de Israel, con vistas a Nazaret y muy cerca de Seforis, Kfar Kedem recrea la vida cotidiana de esta antigua tierra, llevando a quien la visita a las raíces de su legado.
La villa crea una experiencia holística, haciendo participe a todos sus visitantes de producciones reales de leche, lana y pan, uniendo estas experiencias con los valores y el espíritu de la época de la Biblia. Además, la visita es enriquecida por el contenido histórico y espiritual proporcionado por sus guías profesionales.