Israel presenta una larga lista de parques naturales y visitarlos podría ser un plan casi obligado para el Día de los Parques Naturales, que se celebró el pasado 24 de mayo. Por arqueología, cultura, geología e incluso reductos de naturaleza, el país mediterráneo es un destino de sumo interés para este tipo de visitas. De todos ellos, estos cinco son algunos de los más inspiradores:
Reserva natural Ein Gedi
Próximo al mar Muerto, este parque es un auténtico oasis. Está repleto de cataratas, riachuelos y manantiales que emergen de las montañas del desierto de Judea, un paraíso para multitud de especies animales que habitan su territorio. Sorprende su exuberante vegetación en medio de una zona desértica, el contraste del paisaje arenoso de sus alrededores con los colores verdes y vivos de su interior.
Parque del lago de Hula
Situado en el corazón del Valle de Hula, en la Alta Galilea, está considerado como uno de los lugares de observación de aves más destacados del mundo, donde se pueden avistar hasta 500.000 pájaros. Aunque esta es la actividad principal, cerca del lago de Hula también se pueden realizar paseos en carros cubiertos, en bicicleta, safaris nocturnos y visitas a los jardines botánicos con vegetación de humedales.
Masada
Es uno de los enclaves naturales más relevantes del país y, probablemente, uno de los más reconocidos en todo el mundo. Masada fue la última fortaleza que resistió a la conquista romana, que, además, necesitó siete meses para conquistarla. Cuando llegaron a la cima, los habitantes habían muerto porque prefirieron ese final a convertirse en rehenes de los romanos. Antes de la llegada de tal imperio, Masada fue utilizada como fortaleza del rey Herodes. Para acceder a ellos se puede usar un teleférico o caminar por un serpenteante camino, siempre que sea antes de las horas más intensas de calor.
Reserva Natural del makhtesh Ramon
Es, en mayúsculas, el ‘gran cráter’ de Israel. Asimétrico y con formaciones rocosas rosáceas, es una joya de Israel que todavía no es del todo conocida. Estar quieto y admirar tal tesoro geológico que ofrece la naturaleza ya es una experiencia única de por sí, pero, además, se puede completar haciendo rapel, tours en 4×4 e, incluso, un vuelo en globo aerostático.
Parque Nacional Beit Guvrin-Maresha
Ubicado en el corazón de la Tierra de las Mil Cuevas, nombre con el que se conocen las 480 cuevas de Beit Guvrin-Maresha que desde 2014 son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cuentan con 3.500 cámaras subterráneas de varios tallados de tiza que en el pasado se usaron como baños, establos o lugares de culto religioso.
Para visitar estos y otros parques naturales del país, existe la Israel Pass, una tarjeta concebida para que locales y turistas puedan entrar a los parques que están incluidos (pueden ser 3, 6 o todos, en función del precio que se pague). Hay una extensión de la misma, la Israel Pass & Ride, que facilita la movilidad en transporte público por todo el país.