El Muro Occidental se ha sometido a un exhaustivo control manual para asegurar la estabilidad y la integridad de cada una de sus piedras, preparándose, así, para un mes de septiembre, repleto de fiestas judías.
La Western Wall Heritage Foundation se encarga de examinar de manera bianual la durabilidad y el mantenimiento de cada una de las rocas usando un sistema que las controla y que se actualiza después de cada inspección. Esto es posible porque cada piedra tiene asociado un número de identificación que ayuda a hacer un seguimiento de cada una de ellas. El trabajo está supervisado por el rabino del Muro de las Lamentaciones, Shmuel Rabinowitz, junto a la Autoridad de Antigüedades de Israel y los ingenieros de la Western Wall Heritage Foundation.