La antigua ciudad del norte a orillas del Mediterráneo está repleta de delicias inesperadas, además de ser patrimonio de la UNESCO, por encontrarse entre unos enormes muros encima de aguas turquesas. Hay 9 sitios que uno no puede perderse cuando visita la ciudad de Akko:
- El Jardín encantado y centro de visitantes: un lugar lleno de ficus, donde las raíces caen del cielo y salen de suelo.
- El Salón de los Caballeros: una fortaleza construida en el siglo XVIII sobre las ruinas que servía para hospedar a los peregrinos que llegaban a la Tierra Santa.
- El museo subterráneo de los prisioneros que es una antigua cárcel inglesa donde aún se conservan celdas.
- El mercado al aire libre Shuk, que es, a su vez, un laberinto.
- La Gira de los lugareños, una guía para elegir charlas sobre arqueología y excavaciones.
- Otra actividad imprescindible es cocinar con mujeres locales: esta actividad permite apreciar los sabores locales y aprender a cocinar platos israelíes por uno mismo.
- Los Jardines Bahai un sitio emblemático donde está enterrado Bahá’u’lláh, el profeta fundador de la fe.
- El puerto donde aún se conserva la actividad primaria de la pesca a diario, un motor para la economía de Akko.