Israel es un país 360, o, mejor dicho, 365: idóneo para ir en cualquier momento del año, a pesar de las calurosas temperaturas que puede registrar en verano. El país es un destino muy veraniego, en parte, por su alma mediterránea y porque ofrece curiosas actividades acuáticas:
Subirse a una ‘Havayama’, el barquito para el que no se necesita licencia de navegación
Situado en el norteño lago Kineret (también conocido como mar de Galilea), hace relativamente poco se ha estrenado esta actividad prácticamente única en el país. Se trata de unos auto cruceros bautizados como ‘Havayama’, que se pueden conducir sin necesidad de tener ninguna licencia, pero sí recibiendo instrucciones previas. Están equipadas con un intuitivo sistema de navegación que facilita capitanear el barco.
Estas embarcaciones permiten hacer una ruta de tres o seis puntos por el lago o mar desde una perspectiva diferente, autodidacta y cautivadora, pasando por puntos que se autoexploran, como la Reserva Natural de Nahal Amud o la cascada escondida (también conocida como Capernaum). Es una actividad apta para todas las edades.
Las actividades más coloridas (y frescas) en Eilat
Bañarse junto a un grupo de delfines en mar abierto, pasear en moto de agua, realizar una sesión de kitesurf, mantener el equilibrio en el banana boat, bucear o practicar snorkel para explorar los arrecifes de coral – el de la reserva natural de Coral Beach de Eilat es el arrecife de coral de aguas poco profundas más septentrional del mundo– son algunas de las actividades acuáticas que se pueden realizar.
Para familias, sobre todo, destaca el acuario submarino Underwater Observatory Park. Este parque cuenta con una exhibición espectacular (más de 800 especies) de peces, corales, tiburones, moluscos, rayas, tortugas y muchos otros animales procedentes del golfo de Eilat.
Una tirolina en el Lago Escondido
En el oeste de Galilea, se encuentra un lago imposible de visualizar hasta que se alcanza el acantilado que está varios metros sobre él, en un impedimento que le da nombre (aunque en hebreo se llama Agam HaNistar). Tiene una de las tirolinas más atrevidas de todo Israel: alta, muy rápida y desciende de tal manera que, en los últimos 6 metros, la persona empezará a sumergirse en el agua hasta la cintura, hasta culminar con un refrescante chapuzón. Es posible adaptar la tirolesa a diferentes alturas y distancias. Además, hay zona de picnic y barbacoas para pasar un día entero para disfrutar de este enclave único y escondido de Israel.
Un chapuzón en una piscina natural
Una forma totalmente gratis de remojarse en Jerusalén. Es un manantial situado detrás del Zoológico Bíblico y como tiene higueras que dan sombra en la zona, el agua está bastante fría, incluso en agosto. La atmósfera es muy propicia para relajarse, aunque es un lugar bastante popular entre locales y al no ser demasiado grande, se recomienda ser los primeros en llegar. La zona es accesible a pie, por un sendero fácil y de corta distancia llamado Shvil Hamaayanot.
Un baño de sombra y agua en Jerusalem Beach
A pesar de su nombre, está ubicada en la otra gran ciudad israelí, Tel Aviv. Es bastante frecuentada por el público local joven, que encuentra en ella una buena cantidad de olas atractivas para surfear. Cuenta con la peculiaridad que tiene unas cabañas de madera para resguardarse a la sombra, desde la que ver y, por qué no, dejarse ver.