Crédito: Oded Antman
Tras más de una década de planificación y tres años de construcción, el nuevo Museo de la Torre de David de Jerusalén ha abierto sus puertas al público y lo ha hecho como museo oficial de la ciudad, desde el pasado 1 de junio. El nuevo museo ofrece una experiencia inmersiva que combina la historia milenaria de Jerusalén con el conocimiento que pone al alcance la tecnología interactiva. Además, con esta renovación, por primera vez en su historia, la antigua ciudadela es accesible y gracias a su ubicación – en la Torre de David, como su propio nombre indica – se ha convertido en la puerta para explorar Jerusalén.
En el nuevo Museo de la Torre de David se narran los 4.000 años de historia de Jerusalén y la importancia de la ciudad para las tres religiones monoteístas a través de diferentes formas interactivas que hacen que el visitante explore el pasado de la ciudad. De hecho, el espacio cuenta con 10 galerías temáticas completamente nuevas que se encuentran ocultas en las antiguas salas de guardia de la estructura que rodea el patio, que, a su vez, está repleto de hallazgos arqueológicos que datan de hace 2.800 años.
Artefactos cuidadosamente elegidos de varias épocas conviven con exposiciones multimedia innovadoras y atractivas, para crear una experiencia sensorial que fomenta la participación de los visitantes. Por ejemplo, hay un muro multimedia interactivo de 12 metros, con el título Sands of Time, y que permite a los visitantes descubrir por sí mismos los 4.000 años de historia de Jerusalén con un simple toque. Otros elementos destacados son el escaneado en 3D de una maqueta de Jerusalén del siglo XIX a vista de pájaro, la proyección interactiva sobre un mapa de mosaico o una esfera interactiva del mundo que con un solo toque mide la distancia entre distintas ciudades del mundo y Jerusalén.
Además, las películas creadas para el museo incluyen una historia animada de sus 4.000 años de historia de Jerusalén en sólo tres minutos, realizada por el artista Ari Folman, ganador de un Globo de Oro.
